La fotofarmacología, un campo de vanguardia, aprovecha los fármacos sensibles a la luz para controlar con precisión la activación, ofreciendo un tratamiento específico con efectos secundarios mínimos. Las moléculas modificadas cambian de forma cuando se exponen a longitudes de onda de luz específicas, lo que permite que los fármacos cambien entre estados activos e inactivos. Las aplicaciones van desde la neurología hasta la oncología y la oftalmología. Los desafíos incluyen la penetración limitada de la luz en los tejidos y el diseño de moléculas complejas, lo que requiere una colaboración interdisciplinaria. Sin embargo, con los continuos avances tecnológicos, la fotofarmacología está preparada para ganar aceptación clínica en un futuro próximo, revolucionando la atención sanitaria.