Una de las primeras lecciones de biología que nos enseñan en el colegio es que las plantas necesitan la luz del sol para realizar la fotosíntesis para “alimentarse” y vivir. Sin embargo, la relación entre las plantas y la luz es más compleja. En este artículo describiremos cómo se emplean diferentes longitudes de onda, desde el ultravioleta hasta el rojo lejano, para controlar el crecimiento o la floración de las plantas.